25 octubre, 2007

La Enfermedad como Camino

Los hechos funcionales, como un malestar físico ó psíquico, nunca tienen significación en sí, el significado lo da la interpretación que le atribuimos. Cuando la personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en su mundo, su existencia se disipa en la incoherencia y el absurdo. Para interpretar algo hace falta un marco de referencia que se encuentre fuera del plano en que se manifiesta lo que se ha de interpretar.

La enfermedad es la pérdida de la armonía del alma. En el cuerpo solo se manifiesta dicha desarmonía. La conciencia es al cuerpo lo que un programa de radio es al receptor. Este orden tiene como punto de partida la conciencia salud (modelo armonioso). Si una de las funciones se perturba, la enfermedad (pérdida de la armonía) es la instauración de un nuevo equilibrio pero a un costo energético mayor.

La pérdida del equilibrio se produce en la conciencia y en el cuerpo solo se muestra, por lo que el cuerpo es vehículo de la manifestación o realización de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia.

Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma éste llama la atención, interrumpiendo con frecuencia bruscamente la continuidad de la vida diaria. Es una señal que causa interés, atrae energía, y por lo tanto interrumpe la vida diaria. Nos reclama atención lo queramos o no para eliminar la molestia. Esta lucha exige atención, dedicación, el síntoma siempre consigue que estemos pendientes de él.

Cuando sólo queremos la pastilla que nos permita seguir andando, es como cuando en el auto se prende una luz roja que indica una anomalía, que está ocurriendo en un lugar inaccesible para nosotros, y en lugar de parar y ver que pasa y arreglarlo, quisiéramos que el mecánico desconecte la lamparita que nos molesta. Lo que hace falta es mirar hacia zonas más "profundas" a fin de averiguar que es lo que no "funciona". La "señal' sólo está para avisarnos y hacer que nos preguntemos que ocurre, igual que el síntoma.

En síntesis la enfermedad es un estado que indica que el individuo en su conciencia ha dejado de estar en orden o armonía, que hemos perdido el equilibrio de las fuerzas del alma. Que algo "falta". La enfermedad no tiene mas que un fin, ayudarnos a subsanar nuestras faltas y hacernos sanos, decirnos lo que en realidad nos falta, al exponernos el temor que nosotros debemos asumir concientemente, nos permite conseguir que, por medio de procesos de aprendizaje y asimilación consciente, los síntomas en sí resulten superfluos.

Curación: redención, aproximación a la plenitud de la conciencia, o iluminación.

Todo lo que hay en la creación existe en tí y todo lo que hay en tí también existe en la creación. Todo lo bueno pero también todo lo malo, somos polares, tenemos todo, pero en general sólo vemos la parte de nosotros que queremos ver, la que nos gusta o alimenta nuestro ego, y la otra no la reconocemos, la ponemos afuera, sólo la vemos en los otros. Cuando algo ajeno nos molesta en realidad es porque forma parte de nuestra “sombra” de la parte que no queremos ver de nosotros mismos. Lo que no nos gusta no desaparece, es también parte de nosotros, pero como no lo queremos, no lo deseamos pasa a formar parte de nuestro "negativo" de nuestra "sombra", de nuestro inconsciente.

Las personas creen que es posible librarse de parte de la realidad por el simple hecho de no reconocerse en ella. Aquí el "no ver" es como el "no tener". La sombra hace que todos los propósitos y los afanes del ser humano le reporten lo contrario de lo que el perseguía. Y cree que todas las causas de sus problemas están afuera de sí, (proyección) cuando uno rechaza en su interior un principio determinado cada vez que lo encuentre en el exterior desencadenará en él una angustia y/o repudio.

El mundo exterior está formado por los mismos principios arquetípicos que el mundo interior. "nosotros solo podemos conectar con aquello con lo que estamos en resonancia" (Ley de resonancia).

Los principios rechazados nos acometen ahora desde el exterior y los combatimos con el mismo encono que antes lo hacíamos en nuestro interior con lo que "nos ocupamos con especial intensidad de la parte de nuestra realidad que rechazamos" el entorno hace las veces de espejo pero nos muestra ambos aspectos de nuestro propio yo.

El que no se reconoce en el "espejo" cree que es un espejismo, una mentira, para entender que es "su" realidad, como en el sueño para entender que es sueño hay que despertarse, (insight). Esta "sombra", "en algunas culturas el adversario invisible", nos hace incompletos, hasta que no la incorporemos como propia nos falta todo lo que hay en ella, y esta "falta" nos hace enfermar.

Todos los héroes míticos han tenido que luchar contra monstruos, dragones y demonios y hasta contra el mismo infierno, para ser salvos y salvadores. La sombra produce la enfermedad y el encararse con la propia sombra cura. Esta es la clave de la comprension de "salud- enfermedad", "enfermedad-curación".

Un síntoma es siempre una parte de la sombra que se ha introducido en la materia es lo que le "falta" asumir a la persona. Es lo que le hace experimentar aquello que no ha querido experimentar conscientemente. Es lo que reintegra la plenitud al ser humano. El síntoma completa al hombre es el sucedáneo fisico de lo que le falta en el alma. Es el principio ausente que se hace material y visible en el cuerpo.

El síntoma nos ayuda a conocernos porque pone de manifiesto, elementos reprimidos que de otra forma no veríamos, porque estan en la sombra. La persona vive de este modo engañándose, la sinceridad consigo mismo es la más dura prueba que un ser humano puede ponerse. La enfermedad sincera a la gente, porque en la enfermedad se "es auténtico" la enfermedad “equilibra" porque ahí se dehincha el ego, se abandonan las pretensiones de poder, se destruyen muchas ilusiones, y se cuestiona la forma de vida.

Un síntoma no puede resolver el problema en el plano corporal, sino solo proporcionar el medio para realizar el aprendizaje. Quien no se engaña no sufre desengaños. El enfermo no es víctima inocente de errores de la naturaleza en el medio ambiente o de los males de la civilización.

Desde el punto de vista metafísico los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos y su mensaje puede descubrir el problema de cada paciente. El significado de un hecho se nos revela por la interpretación que le atribuimos. Cuando las personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en el mundo y en el curso de su propio destino, su existencia se disipa en la incoherencia y el absurdo.

Así como en la calidad de la tela y los colores no reside el valor de una pintura, sino que estos son transmisores de una idea, de una imagen interior del artista. El lienzo y el color permiten la visualización de lo invisible y son por lo tanto expresion de un contenido metafisico. El marco cientifico se limita al plano funcional y por ello impide que se manifieste el significado de la enfermedad. La enfermedad es un desequilibrio es la pérdida de la armonía. Esta pérdida se produce en la conciencia, y en el cuerpo solo se muestra, ya que éste es el vehículo de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia.

La medicina académica evita cuidadosamente la interpretación de los síntomas y con esto pierde el sentido de la señal, ya que ésta es la auténtica función del síntoma. Lo que se debe eliminar en realidad es la causa que provoca la pérdida de las fuerzas del alma.

Desde este punto de vista el síntoma no es un enemigo sino que se transforma en un aliado que puede ayudarle a encontrar lo que le falta y asi curar la enfermedad. La curación no es posible sin una expansión de la conciencia, que dé lugar a incorporar lo que falta, mi propósito no es combartir la enfermedad, sino servirnos de ella para conseguir ayudar al paciente.

Nuestra conciencia sólo puede apreciar el mundo en forma escindida, bipolar, en pares de opuestos bueno-malo, salud enfermedad, inspiración-expiración, pero la realidad es un todo y nosotros también. Lo polar no es el mundo sino el conocimiento que nuestra conciencia tiene de él.

El ritmo es el esquema básico de la vida , en la física también vemos que todos los fenómenos pueden reducirse a oscilaciones, si se destruye el ritmo se destruye la vida porque la vida es ritmo. Un polo para su existencia depende del otro polo, sin expiración no hay inhalación. Pero nosotros tenemos que dividir toda la unidad en dos polos a fin de poder contemplarlos aisladamente.

Para el observador superficial las polaridades se excluyen, si miramos con mas atención veremos que las polaridades juntas forman la unidad, que para poder existir dependen una de otra. A causa de este imperativo de dividir lo unitario en aspectos que luego hemos de contemplar sucesivamente con una conciencia bipolar la simultaneidad del ser se convierte en sucesión.

La única manera de escapar de la dicotomía, y del sufrimiento que genera es asumiéndolo, superando la polaridad al incorporar los dos polos y alcanzar la plenitud.

Fuente: La Enfermedad como camino
Autores: Thorwald Dethlefsen - Rüdiger Dahlke

16 octubre, 2007

Jivaka Kumar Bhacca

En los tiempos del Buda el mas renombrado entre los medicos era Jivaka Kumar Bhacca, a quien se describe como dando atención gratuita al mismo Buda y a otros monjes y donando su propia plantación de mango en la ciudad de Rajagaha, para el uso de la comunidad monastica. La fama de Jivaka como sanador era extensamente conocida, y las historias sobre su vida y sus hazañas médicas se pueden encontrar en casi todas las versiones de las escrituras budistas.

El nacimiento y la infancia que cuenta la versión Pali, comienza con Salavati, cortesana de Rajagaha, quien da a luz a un hijo que entonces fue entregado a una de sus servidoras, colocado en una cesta. En la historia sanscrita y tibetana, una esposa promiscua de un comerciante de Rajagaha da a luz a un hijo del rey Bimbisara, coloca al infante en un arcón y luego ordena llevarlo a la puerta del palacio del rey.

Por su parte la version china habla de una virgen llamada Arampali, la que criada por un Brahman dio a luz a un hijo del rey Bimbisara. Se cuenta que el muchacho nació con un bolso de agujas de acupuntura en su mano y asi entonces, se decia que estaba predestinado para ser doctor y médico real. Su madre lo envuelve en ropas blancas y ordena a un esclavo llevarlo ante el rey.

En todas las versiones, se cuenta que el niño fue adoptado por Abhaya, el hijo del rey. Segun la versión Pali, se da al muchacho el nombre de Jivaka porque estaba vivo, ya que la raíz jiv se traduce como vivir, y Kumar Bhacca que se traduce como 'alimentado o criado por un príncipe.'

Al acercarse a la edad en la cual él debe buscar su propio sustento, Jivaka decide aprender el arte médico. Habiendo oido sobre un médico famoso llamado Atreya, en la ciudad hindu de Taxila que era muy reconocida por su educación, viaja allí y se convierte en su discipulo. Después de siete años de estudio, toma un examen para probar su conocimiento de hierbas médicas, pasandolo con un éxito extraordinario. Asi, a partir de entonces y con las bendiciones de su mentor, se dedica a practicar la medicina.

Reconocido como el padre de la Medicina y como fuente del conocimiento sobre las energías curativas de la plantas y minerales, sus enseñanzas viajan a Tailandia al mismo tiempo que Budismo. A partir de allí se convierte definitivamente en una figura central en el sistema médico budista y en una guía e inspiración para todos los médicos y practicantes del Masaje Tradicional Nuad Boran, ya que se lo considera el creador de esta técnica terapéutica.

(Fuente: Material propio)

12 octubre, 2007

Shintoísmo

El Shintoismo o Sintoismo es la religión japonesa primitiva, que desde tiempos inmemoriales ha jugado un papel de gran importancia dentro de la cultura e historia niponas. Se relaciona íntimamente con el carácter nacional japonés, lo mismo que el hinduismo está relacionado con la identidad India.

El sintoísmo existía sólo en Japón, donde era una parte fundamental de muchas estructuras familiares y sociales básicas. También sirvió para cimentar la ideología básica para el desarrollo del Japón como una nación-estado moderno. La fuerte influencia que tiene, se debe en parte a su capacidad para coexistir armónicamente con otras religiones, especialmente con el budismo.

El shinto es una religión politeísta que venera un gran panteón de kami (dioses o espíritus), desde los dioses locales de las montañas y de los ríos, hasta Amaterasu, la diosa del sol. Los fenómenos naturales y algunos lugares especiales están personificados como kami. Hombres de estado u otros personajes notables podrían ser deificados. Grupos de familias de artesanos veneraban a sus antepasados como kami.

El emperador reinante era reconocido como un kami viviente. Un kami podría ser llamado, de un modo impreciso y vago, un espíritu, o virtualmente cualquier apariencia de existencia que posea su propia y discreta identidad y fuerza vital (tama). Japón es tradicionalmente conocido como "la tierra de los ocho millones de kami". La práctica del sinto consiste principalmente en adorar, aplacar la ira del espíritu, o simplemente establecer una cierta relación con el kami.

La religión Shintoísta surgió por primera vez en una cultura preliteraria, más como una religión de práctica que como una de credos. Aún hoy, la práctica es parte fundamental de la religión. Existen dos tipos de prácticas predominantes: el honrar al kami por medio de rezos y ofrendas, y el aplacar su cólera por la limpieza de las impurezas personales.

Las ofrendas de comida consistían especialmente en arroz, sake, pescado, verduras y frutas, y el ofrecimiento simbólico de ramas de pino, atadas con cintas de papel blanco constituían generalmente el rasgo distintivo de las ceremonias más importantes. Estas ceremonias se asociaban con los ciclos de las estaciones, reflejando las fuertes raíces que los sintoístas tenían con las sociedades agrarias. Las distintas etapas de la vida humana también estaban marcadas por ceremonias sintoístas: la primera visita de un bebé a su kami tutelar al poco tiempo de su nacimiento; el Shichi-go-san (siete-cinco-tres) que se celebraba el 15 de noviembre, y en el que los niños de cinco años y las niñas de tres y siete años, visitaban los santuarios para orar por la buena salud; el rito tradicional del matrimonio.

Cualquier negocio nuevo que necesitara buena suerte, como las promociones de ventas de un supermercado, podía solicitar en un santuario una oración por el éxito del negocio. Había una fiesta anual de los santuarios (Rei-sai), cuya principal característica era el bullicioso desfile en el que el mikoshi, un santuario portátil, era llevado a hombros alrededor del templo, acompañado todo el ceremonial de cantos y de gritos.

Tradicionalmente, los sinto ponían especial énfasis en la pureza, y sentían un gran respeto por la muerte, las enfermedades, la sangre; toda inmundicia le era desagradable al kami. Se servían de ritos muy elaborados para purgar este tipo específico de contaminaciones. Los ritos recibían el nombre de kegare. La sangre, aunque fuera de un animal cazado, debía mantenerse lejos de los santuarios. A las mujeres que estaban con la menstruación y a los enfermos que estuvieran heridos o de luto reciente, se les prohibía generalmente el paso al interior de los santuarios, e incluso alguna vez a las mujeres les fue prohibido acercarse a muchas montañas sagradas.

El método de purificación más utilizado era el de la limpieza (misogi), desde el cotidiano lavado de dientes y manos antes de los actos cultuales, hasta el permanecer de pie y desnudo bajo una cascada. Se creía que muchos de los kami habrían nacido del misogi del ancestral dios Izanagi, mientras éste se purificaba después de una visita al infierno, una leyenda que muestra la enorme importancia que tenía la purificación para la religión sintoísta. Casi tan importante como la pureza del cuerpo era la pureza del corazón, porque los crímenes eran vistos como kegare. En la lista de los crímenes, los peores eran aquellos que dañaban a las sociedades agrarias, como el derribar los diques que dividían los arrozales. Los corazones puros se distinguían por su sinceridad, y a éstos se les consideraba como los más favorecidos por el kami.

Los shintoístas estaban organizados en grupos asociados con sus santuarios locales. Todos los sistemas eran apropiados para adorar al kami: pequeños altares familiares, estatuas en la orilla de los caminos o grandes y complejos santuarios. Los primeros lugares sagrados sintoístas eran sitios de notable belleza, normalmente cerrados con una cuerda de paja trenzada o una verja de madera, el torii. Sólo años más tarde los santuarios se convirtieron en verdaderas construcciones.

En ellos generalmente había un objeto (una espada, un espejo, una piedra u otra cosa) que servía para representar el cuerpo del kami: en el caso de algunos dioses de las montañas, se consideraba toda la montaña sagrada como su cuerpo. La Asociación de Santuarios Sinto sirve como organización que aglutina a miembros del gobierno del sinto moderno, con algunos de los santuarios más prestigiosos como el de Ise o el de Yasukuni Shrine de Tokio (que honra a los muertos de la guerra de Japón), que goza de las preferencias de todos. No existe una jerarquía unitaria dentro de la religión sintoísta, y el sacerdocio generalmente se transmite de padres a hijos.

(Fuente: http://www.bujinkandojo.com.ar)

11 octubre, 2007

Khwan

Dentro de los muchos conceptos tailandeses que nos resultan extraños, uno muy particular es el del khwan. Esta palabra esta referida a algo que normalmente es entendido como un aspecto abstracto o espiritual perteneciente al cuerpo fisico, en donde reside la salud moral y psicologica.

Una practica ancestral que aun se lleva a cabo en las aldeas rurales es el ritual del suu khwan o riak khwan, que se realiza como gesto de bienvenida o como festejo de un retorno. Un cordón o hilo de algodon es atado alrededor de la muñeca por alguno de los mayores o personas reconocidas por la comunidad entera, que tiene por objeto llamar a su khwan que estuvo vagando durante su viaje, de manera tal que este regrese al cuerpo y se mantenga unido a él.

La importancia del khwan tambien es considerada, por ejemplo, cuando un bebe o un niño pequeño sufre una caida. Al ser levantado por su madre, el niño recibira un abrazo y ella llamara a su khwan diciendo 'kwan euy kwan maa' que significa 'oh khwan oh kuan regresa'

Se cree que el khwan de una persona debe residir en forma pacifica dentro del cuerpo de una persona, a fin de que esta este saludable fisica y espiritualmente. Cualquier experiencia que genere un shock, como puede ser una caida, un golpe o un viaje largo, puede perturbarlo ya que este tiene la tendencia a abandonar el cuerpo cuando esta en un estado de temor.

Cuando una persona duerme su khwan, que es vagabundo por naturaleza, deja el cuerpo y recorre el mundo exterior, retornando cuando la persona despierta, y es por esa razon que los tailandeses son educados para despertar a una persona lo mas gentilmente posible cuando esta durmiendo.

El temino 'khong kwan', utilizado por los tailandeses para referirse a los regalos u obsequios, se traduce literalmente como 'objetos para el propio khwan'.

(Fuente: http://thaiarc.tu.ac.th)

01 octubre, 2007

El Eco de la Vida

El caracter japonés para humano consiste en dos lineas curvas que parecen dos palillos, colocados uno contra el otro y sosteniendose mutuamente. En el Zen Shiatsu, una forma de trabajo corporal desarrollada en Japón, esto simboliza el tipo de relación que existe entre el terapeuta y el paciente. Ambos se interrelacionan durante la sesión, dando soporte e intercambiando sus energías.

El objetivo del Zen Shiatsu es el de establecer un eco vital con el paciente, de forma tal que este se transforme en un medio de despertar la fuerza de autocuración interna, en lugar de simplemente administrar una secuencia mecánica de técnicas. 'En el Zen es importante tener un buen maestro de quien aprender. En Zen Shiatsu, el paciente es el maestro. Puedes alcanzar el satori aliviando las enfermedades y restaurando la salud' - decía Shizuto Masunaga, el creador del Zen Shiatsu - 'hacer a las personas concientes de sus propias necesidades ocultas, y sensibles a sus cuerpos cuando algo no anda bien, puede ayudar muchisímo a mantenerlas sanas'

Las incomodidades que eventualmente puede producir el Zen Shiatsu pueden volvernos concientes de nuestros poderes naturales de autocuración. Ayudando al paciente a sentir esa distorsión en su cuerpo físico y energético, se le da la oportunidad de tomar conciencia de esto y considerar las posibles causas.

El Zen Shiatsu tiene mucho en común con las artes marciales chinas y japonesas, particularmente con el Aikido, al ayudarnos a sentirnos en una mayor armonía con nuestro cuerpo y espíritu. Al igual que en el entrenamiento del Aikido, el practicante debe aprender a sensibilizarse para ser capaz de leer el ki o energia que fluye a través del cuerpo del paciente. Es esta conciencia del ki la que conecta al terapeuta con el receptor.

El tratamiento con Zen Shiatsu ayuda a tomar conciencia no solo de nuestras distorsiones a nivel físico, sino también a nivel social. Toca el núcleo básico de las relaciones humanas, las que constantemente estan siendo amenazadas por el estrés de nuestro entorno. Masunaga decía que si alguien se sentía cómodo recibiendo Shiatsu, lo mas probable era que esa persona fuera capaz de establecer relaciones humanas profundas y armoniosas. Si lo encontraba incómodo, entonces era probable que las tensiones de su entorno social fueran un factor del mal funcionamiento de su interior.

Zen Shiatsu tiene tantas similitudes con el Aikido que me parecio natural, como cinturón negro de este arte marcial, el volverme un estudiante de este maravilloso arte curativo. El creador del Aikido, Morihei Ueshiba, estimulaba con a sus estudiantes a practicar Shiastu como un modo de desarrollar el propio ki, el poder del hara, la compasión y la sensibilidad hacia el estado energético y emocional del otro. Esta danza enérgetica común a ambas artes ilustra que, verdaderamente, el hecho de que autodefensa y salud son el mismo fenómeno.

Ambas artes se apoyan en el ki para conectarse y mezclarse con el compañero. Ambas tambien se apoyan en la necesidad de encontrar la gracia y ritmo internos para desarrollar todo el poder real de la técnica. El practicante consigue esto manteniendose enfocado en su hara, en en punto ubicado alrededor de dos pulgadas por debajo del ombligo, que sirve no solo como el centro físico del cuerpo sino también como centro de equilibrio emocional y sicológico. Más que aplicar fuerza con la parte superior del cuerpo o músculos, la verdadera fuente de la profunda, sanadora y penetrante presión del Zen Shiatsu proviene del hara, que también es la fuente del ki del individuo.

Entonces, en Zen Shiatsu el terapeuta no manipula mecanicamente los tsubos o puntos de presión, sino que se entrena para percibir el fluir de la energía entre él y el receptor. Para desarrollar esa percepción, el terapeuta debe estar centrado, conectado con el momento presente y en un estado de calma similar al de la meditación. Esta es una de las razones por las que las sesiones más efectivas son aquellas en las que hay muy poca o ninguna conversación innecesaria entre terapeuta y paciente, ya que esto permite que ambos entren entonces en ese estado meditativo que conduce a la verdadera sanación.

Masunaga solía decir que si ese estado se logra durante una sesión, una especie de eco o chispa se siente en el contacto entre el terapeuta y el receptor. 'Llamamos el eco de la vida a este sentimiento compartido'- decía Masunaga- 'La vida solo puede percibirse a través de este tipo de conexión. Sentir la vida es volverse uno con ella, y en ese sentimiento de unidad está la vida. La vida en si misma es la cura de la enfermedad. Y también la confianza en que podemos sanar una enfermedad a través de ella'.

(Fuente: Mount Shasta Magazine - Autor: Stuart Gordon)